9 feb 2013

REPARACIONES

De vez en cuando toca hacer reparaciones textiles: arreglar unos bolsillos, cambiar el forro a una cazadora, hacer un zurcido o coser el botón que se cayó hace cuatro meses. No es lo que más me entusiasme del mundo y por supuesto no llego al nivel de mis abuelas, que hacían auténticas maravillas con los agujeros de los calcetines; mis arreglos son más de batalla, aunque espero que resistan el mismo tiempo que los que hacían ellas.
Mientras me dedicaba a estas labores, se me pasaba por la cabeza que hay mucha gente que literalmente no sabe "coserse un botón"; pensaba en cómo se había llegado a esta situación: la mayoría de nuestras madres tienen cierta habilidad "costuril" y no digamos nuestras abuelas. Creo que a partir de un determinado momento se impuso en nuestras vidas la filosofía del "usar y tirar": se rompe, pues lo tiro; pasa de moda, pues lo tiro; me encapricho de otro, pues lo tiro...una de las consecuencias fue que, en general, el producto textil bajó de forma evidente la calidad de materiales y acabados; la otra que muchas personas se sienten incapaces de realizar un sencillo arreglo ya que en su momento consideraron que para qué les iba a servir aprender a hacerlo si es más fácil comprar una prenda nueva.
Parece ser que ahora, con la que nos está cayendo encima, obligados por la necesidad y por la conciencia, se vuelven a valorar las habilidades que permiten alargar la vida útil de nuestras cosas. No solo me refiero a la ropa, sino también a los muebles, los vehículos, los electrodomésticos...deseo y espero que este nuevo interés no sea flor de un día y que aprendamos y enseñemos a consumir de una forma más responsable y equilibrada.
También quiero puntualizar que, a pesar de que a la hora de hacer un zurcido se piensa en femenino, las labores de la aguja, como muchas otras, no pertenecen ni a hombres ni a mujeres: yo soy mujer y coso botones, pero también soy capaz de cambiar un enchufe, colgar un cuadro o montar un armario con más o menos éxito, y desde luego mis manos no tienen más dedos que las de Mr. Maravilla. TODOS podemos realizar estas pequeñas cosas, todo es ponerse, y aunque a la primera no sale perfecto se va aprendiendo poco a poco y os aseguro que uno acaba la mar de satisfecho de sus arreglos, además de ahorrarse unos dinerillos.
Bueno eso es todo; tal vez esta es una entrada un tanto extraña, pero esto es lo que se me ocurrió mientras le daba a la aguja...si va a ser que coser sirve también para meditar..;)..





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